Melissa Todd abandonó Oxford para convertirse en trabajadora sexual, a pesar de tener un coeficiente intelectual excepcional

La vida de Melissa Todd dio un giro inesperado cuando aceptó un trabajo de verano y abandonóOxford para ganar 600 libras por noche y disfrutar de lujosas fiestas sexuales. Esta trabajadorasexual que fue a Oxford con Liz Truss tiene un coeficiente intelectual que rivaliza con el deStephen Hawking y Albert Einstein, pero lo dejó todo por 600 libras por noche de sexo. MelissaTodd, que vive en Hertfordshire, abandonó la prestigiosa universidad para dedicarse a laindustria del sexo. Una controvertida decisión, muy debatida, sabiendo que se sometió a unaprueba de MENSA cuando tenía solo 12 años y se unió a la mundialmente famosa "sociedad dealto coeficiente intelectual".

Melissa quería dedicarse a la economía e incluso fue nombrada "Cerebro de Gran Bretaña" hacedécadas por el periódico Herts and Essex Observer. Pero su trayectoria profesional dio un giroinesperado, informa el Mirror. En una entrevista exclusiva, dijo: "Parece que fue hace muchotiempo... Escuché un programa en la radio, creo, como el de Jeremy Vine o lo que fuera elequivalente en ese momento, y sonaba interesante. Me gustan los retos, la verdad.” "Sí, hicemuchos exámenes A-Levels, aprobé el ingreso a Oxford y acudí durante un tiempo, pero luegome vi desbordada y dejé los estudios, algo nada raro entre los universitarios. Estaba estudiandoFilosofía, Política y Economía, como Liz Truss, aunque éramos estudiantes de colegiosdiferentes, así que no recuerdo haber coincidido".

Aunque, según se dice, Einstein y Hawking nunca se sometieron a las pruebas de Mensa, seespecula que su coeficiente intelectual rondaba los 160. Para ponerlo en contexto, un"coeficiente intelectual medio" está entre 85 y 115. Sin embargo, los documentos mostrados aThe Mirror sugieren que el coeficiente intelectual medio de Melissa es de 178, lo que la convertíaen una persona "excepcionalmente dotada" para los evaluadores. Fue la primera persona de sufamilia en ir a la universidad, pero le fue difícil de encajar. Continúa: "Me tomé un año sabáticoporque me estaba volviendo loca e incordiaba a todo el mundo llorando por mis quejas de losprofesores y cosas así. Así que pensé en dejarlo un año y vi un anuncio de trabajo en TheEvening Standard para bailarinas de mesa/bailarina de barra en [un bar]. "Y realmente no teníaninguna idea de qué hacer, pero pensé que sonaba divertido, y decían que ganaría £600 pornoche. Realmente necesitaba dinero desesperadamente y me gustaba bailar, así que ¿por quéno intentarlo?".

A pesar de ser introvertida por naturaleza, Melissa se encontró disfrutando completamente deltrabajo. La purpurina, los trajes de lentejuelas y las botellas de champán sin fin la cautivaron.Sentía que finalmente había encontrado su lugar."Literalmente, se suponía que era solo untrabajo de verano, o ni eso", dijo. "Pero te acostumbras a ser feliz y rica, y conoces a personasinteresantes que te dicen '¿por qué no haces esto?', '¿por qué no haces porno?', '¿por qué novas a un peep show?'... y aquí estoy, 28 años después, pensando 'Probablemente no volveré aOxford, ¿verdad?'”

A punto de cumplir 48 años, Melissa ha pasado décadas de su vida trabajando para la industriadel sexo para adultos. Aparece en revistas y viaja por el mundo en aventuras salvajes, desde"conferencias de azotes" hasta lujosas fiestas sexuales, mientras gana millones.